Siempre tengo la sensación de que las hojas del calendario alguien me las roba, porque es tremendo lo rápido que se suceden los días, las semanas y los meses. Nos encontramos de nuevo ante un nuevo mes cargado de incognitas, habiendo pasado uno no menos sorprendente y nervioso, que ha dejado los índices, unos más cerca y otros más lejos, pero al borde de posibles abismos, que ¡ojalá! no lleguen a visitar.
Para mi, como supongo que para vosotros, teniendo siempre en cuenta donde dirigimos la inversión, siempre hay unos más importantes que otros, pero por encima de todos, creo que está el S&P500 de yanquilandia, nos guste o disguste.
Y si nos ceñimos al análisis de las últimas velas mensuales que nos ha dejado el citado índice, sacamos rápido una conclusión potencialmente negativa sobre el futuro inmediato de los precios a nivel global, ya que acabarán copiandose unos a otros, como siempre ha sido y seguramente, siempre será, en este mundo tan global en el cuál nos ha tocado vivir.
No he añadido en la práctica casi ningún nivel de referencia nuevo, salvo algún cambio de denominación soporte-resistencia y viceversa.
Estoy algo apático y no quiero enrollarme más, ahí os dejo los gráficos y que ¡Dios reparta suerte!, creo que la vamos a necesitar y mucho.
